Sobre la peligrosidad de las bellas cosas / Luis Benítez


El buen burgués quiere que una pequeña escultura de Cellini
Sirva también como salero o pimentero,
Para no dejar una sola cosa inútil sobre el planeta,
Materia que podría ser mañana o esta misma tarde peligrosa.
Cuando tu desenfrenada pariente pone en peligro la vida de tu madre,
Llevándola de un hospital a un asilo, del asilo a otro hospital
Y tus nervios estallan, sin embargo no puedes inclinarte
Sobre los viejos versos a pedirles que digan palabras de consuelo.
Cuando el fisco feroz sopla sobre tu casa y tus tranquilidades,
Buscando derribarlas o llevarse unos pedazos,
Es inútil que te plantes ante Caravaggio y lo llames “amigo”
Y supliques que los colores y las formas te escondan un momento.
Y la música, ah, la música, tampoco ya  toca exclusivamente para ti.
Si te avisan que tu miserable empleo es historia y que mañana
Quién sabe qué será de tus días, gracias a los banqueros señores de este mundo,
No estarán allí las buenas prosas, amigas de un mediodía tranquilo,
Para susurrar desgracias lejanas que distraigan la tuya.
Lo inútil mira siempre a otra parte, donde empieza lo oscuro,
Allí donde se apagan las linternas y las velas se extinguen
Por un viento que viene de un mundo que nunca se va.
El buen burgués tiene siempre razón y lo inútil habla de intemperies,
De zozobras y horrores, de abismos que se abren en todo sitio
(Abismos dentro del abismo), mas las palabras que no dice
Nunca pronuncian un lo siento y mucho menos mi sentido pésame.


Luis Benítez (Buenos Aires, 1956)
Inédito.

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