hoy no puedo pensar en tu rostro
tus manos tu motivo
ni siquiera recalo en tus ojos
(malabaristas en la esquina
de los idiomas,
inventando pajaritos a los niños
o escupienso fuego
en los ropajes del imbécil)
hoy no puedo con el silencio
el recorrido de la lluvia
la palabra prometida a la altura de los labios
hoy
mido el suelo con la boca
y me estrello en paredes dóciles de humo
no me digas que es temprano
ya he pulverizado los espejos de la casa
prendí fuego los papeles más queridos
y me arranco a mordiscos la piel de la noche
cuando no me arrojo
a la espesura de la calle
a recortar tu perfil entre las nubes
y tallar tu nombre
en
lo que venga.
Angel Sorkin (1977)
De Belleza obliga, Pan Comido. Córdoba.
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